lunes, 19 de septiembre de 2011

Artificieros Unión Deportiva

Me gusta este Levante. Y no lo digo sólo por la victoria de esta noche ante el Real Madrid. Si el resultado hubiese sido 0-0 o, incluso, si los merengues se hubiesen llevado los tres puntos, escribiría lo mismo. El equipo titular es, básicamente, calcado al de la temporada pasada pero, sin embargo, parece mucho más sólido. Por un lado, Munúa -nerviosismo y “descuidos” aparte- es un lujo para un club pequeño. Por otro lado, la defensa ha ganado en experiencia, en coordinación y en capacidad de anticipación. Sencillamente, parece que para Ballesteros, Nano, Javi Venta y Juanfran no pase el tiempo. Viendo la carrera del capitán levantinista contra Cristiano Ronaldo en el minuto 90, la seguridad de Nano y las constantes internadas por banda de los laterales, ¿quién diría que todos ellos superan los 30 años?

Pero no nos centremos sólo en la línea de zagueros. Avancemos un poco sobre el terreno de juego y hablemos de la pareja de baile Xavi Torres- Iborra. Seamos claros: sin ellos, el Levante no estaría este año en Primera y, sin su buen hacer, hoy Xabi Alonso habría campado a sus anchas sobre el césped del Ciutat. Además, son un complemento perfecto para Juanlu quien su vez, aporta velocidad, regate, sacrificio y una gran visión de juego. Y para Valdo, que... bien, no seamos negativos; recordemos que lideró la clasificación granota de asistencias la pasada temporada. Por delante de estos cuatro, la magia de Barkero y/o Rubén marcan la diferencia, mientras que Koné –gol aparte- ha demostrado hoy que tiene mimbres para hacer olvidar a Caicedo.

También me gusta el entrenador. Sobre todo, porque es un hombre tan inteligente como valiente y porque esta noche se ha atrevido a salir con todo ante el Madrid. En Orriols, estamos acostumbrados a ver extraños experimentos que, en resumidas cuentas, consisten en superpoblar el centro de la zaga o el mediocampo para “resguardarse” de los ataques del rival. Con el 0-0, JIM ha ido a por los tres puntos. Y con el 1-0, también. Rubén y Aranda han entrado en el momento exacto, y sólo por el cansancio de Barkero y Koné. Ni siquiera la entrada de Pallardó ha cambiado el dibujo sobre el terreno de juego. Un dibujo que ha funcionado desde el minuto 1 hasta el 90 y que, probablemente, algún ex-entrenador granota habría modificado tras el tanto de Koné.

Pero dejemos estos análisis para más adelante y hablemos un poco del encuentro de hoy. Como reflejo en el título de esta columna, esta noche el Levante ha desactivado por completo las armas del Madrid. Ningún jugador merengue ha destacado sobre el resto. Ni CR7 ni Kaká Xabi Alonso ni Benzema ni Higuaín. Los chicos de Mou han dominado la posesión del esférico, pero no han disfrutado de ninguna ocasión clara para batir a Munúa. Los locales han hecho su fútbol y han puesto más de una vez en apuros a Iker Casillas. Han demostrado que, para ganar a un grande, no hace falta saltar al campo con un planteamiento ultradefensivo, sino, únicamente, ahogar a sus jugadores más creativos. Y, por si fuera poco, hoy la afición ha respondido. Miles de granotas han acompañado a sus ídolos desde el hotel hasta el campo y han sabido reconocer el esfuerzo de los de azulgrana durante los 90 minutos de juego.

Esta noche, los astros se han alineado para iluminar una velada que más de 10.000 valientes nunca olvidarán y que, sin duda, en breve sumará guerreros a la causa. Levantinistas, mañana, cuando salgáis a la calle, gritad a los cuatro vientos: “ayer, yo también gané al Real Madrid”.

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